Acabas de salir del dentista con una sonrisa que brilla casi como un foco LED y… ¡zas!, te entra el antojo de un café. ¿Te suena? La cosa es que justo después de un blanqueamiento, el esmalte está más receptivo a manchas y a cambios de temperatura. Por eso conviene mimarlo un poquito. Como nos recuerdan desde la prestigiosa Clínica Dental CBlanco, especialista en odontología en Badajoz, las primeras 48–72 horas son claves para mantener el resultado impecable y evitar “sustos” de color.
“Piensa en el diente como una esponja recién hidratada: si le acercas pigmentos intensos, los absorberá con ganas.”
Y es que… así funciona. No es drama, pero sí un detalle importante.
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La regla de oro: “dieta blanca” durante 48–72 horas

Durante los primeros dos o tres días, quédate con alimentos claros, suaves y poco ácidos. ¿Por qué? Tras el blanqueamiento se abren microcanales en el esmalte que tardan un poco en estabilizarse. En ese lapso, los pigmentos se adhieren con facilidad y los ácidos pueden aumentar la sensibilidad.
Evita (de verdad, evítalos)
- Bebidas que manchan: café, té (negro, verde, chai), mate, vino tinto, refrescos de cola, bebidas isotónicas/energéticas coloreadas, jugos de frutos rojos.
- Salsas y condimentos pigmentados: tomate frito, salsa de soja, curry, cúrcuma, pimentón, mole, adobos oscuros.
- Frutas y verduras muy teñidoras: remolacha (betabel), arándanos, moras, granada, uvas negras, espinacas salteadas.
- Dulces y postres con colorantes: helados y chuches de colores intensos, gelatinas coloridas.
- Tabaco (y vapeo con líquidos oscuros): es el “manchador” por excelencia.
- Colutorios con clorhexidina o muy coloreados: en esta ventana pueden dejar tinciones.
- Alimentos muy ácidos o extremos de temperatura: cítricos, vinagres, refrescos carbonatados; sopas hirviendo o bebidas con mucho hielo (por la sensibilidad).
Mejor sí (tu lista salvavidas)
Arroz y pasta blancos, pollo o pavo, pescado blanco, claras de huevo, patata cocida/puré, pan blanco, coliflor, calabacín pelado, queso fresco, yogur natural, leche, agua. También manzana o pera peladas. No es el menú de tu vida, pero es solo por dos días y la verdad es que te ahorra un buen disgusto.
“Vale, pero… ¿y si meto la pata?”
Respira. Si un día te tomas medio café por inercia, enjuaga con agua, espera 20–30 minutos y cepíllate con una pasta suave (mejor con nitrato potásico o fluoruro si notas sensibilidad). No pasa nada por un desliz aislado, pero evita que se convierta en costumbre esos primeros días.
Mini-anécdota real: una paciente se apuntó a un curry “de celebración” la misma tarde del blanqueamiento. Resultado: dientes con halo amarillento al día siguiente y retoque prematuro. Moraleja: el curry, cuanto más lejos, mejor… al menos 72 horas.
Consejos prácticos que marcan la diferencia
- Pajita (popote) para bebidas claras y templadas: reduce el contacto con los dientes.
- Cepillado a los 20–30 minutos tras comer (no antes, para no frotar ácidos sobre el esmalte).
- Enjuague con agua justo después de cualquier alimento dudoso.
- Pastas y geles remineralizantes (fosfato de calcio, fluor), si notas sensibilidad.
- Plan de mantenimiento: pregunta por pulidos suaves o top-ups de blanqueamiento según tus hábitos (si eres de café todos los días, te interesa).
¿Cuánto tiempo dura la “prohibición”?
- Estricto (48–72 h): dieta blanca y cero pigmentos.
- Moderado (hasta 7 días): reintroduce colores poco a poco y evita excesos (vino tinto diario, por ejemplo).
- A largo plazo: sentido común. Menos café sin agua después = más blanco por más tiempo. ¿Verdad que da pereza repetir el tratamiento antes de tiempo?
Preguntas rápidas que siempre surgen
¿Café con leche vale?
Mejor que el café solo, sí, pero en los primeros dos días… mejor no. Si no puedes vivir sin él, que sea muy clarito, templado, con pajita y seguido de agua.
¿El té blanco o las infusiones “claritas” son seguras?
Más seguras que el té negro, pero durante 48–72 horas, agua es tu mejor amiga.
¿Y el vino blanco?
Mancha menos que el tinto, pero es ácido. En la ventana crítica, evítalo.
¿Y si tengo que hacerme algo más complejo?
Si estás valorando extracciones, implantes o cualquier procedimiento quirúrgico, coordina los tiempos con tu odontólogo para no solapar la fase sensible del blanqueamiento con la recuperación. Para dudas específicas o valoración de cirugía oral en Badajoz, conviene que un equipo experto revise tu caso y te marque el calendario ideal.