El trastorno reactivo del apego (RAD, por sus siglas en inglés) ocurre cuando una persona no forma un apego saludable con su cuidador principal durante la infancia. Es una afección rara pero grave que puede afectar a las personas hasta la edad adulta.
RAD puede ocurrir como resultado de abuso infantil, trauma o negligencia. Niños con el trastorno
El tratamiento para RAD implica crear un entorno seguro y protegido, y luego tratar la afección mediante psicoterapia. Hay varios tipos de terapia que pueden ayudar.
Siga leyendo para obtener más información sobre el tratamiento RAD.
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¿Qué es el trastorno reactivo del apego?
En psicología, el término «apego» se refiere a los lazos que las personas forman entre sí. De acuerdo con la teoría del apego, los lazos que los niños forman con sus principales cuidadores en los primeros años de vida influyen en su salud mental y en sus futuras relaciones.
Por lo general, los cuidadores principales son los padres, pero también pueden ser los abuelos, los padres adoptivos u otras personas responsables del cuidado del niño.
Cuando los adultos responden con amor y afecto la mayor parte del tiempo, los niños forman vínculos sanos y seguros con ellos. Esto es importante para su desarrollo. Desafíos al apego
- una falta de amor y afecto
- separación de los cuidadores
- trauma temprano
la
En la población general, la RAD es poco común. En Canadá, por ejemplo, la prevalencia ronda el 1%. Sin embargo, para los niños que han experimentado abuso o institucionalización, la tasa puede llegar al 40%.
Tratamiento para el trastorno reactivo del apego
RAD es una condición seria, pero responde al tratamiento. El tratamiento de la afección implica varias cosas clave:
Establecer un entorno saludable y seguro.
Las personas no pueden comenzar a recuperarse del trauma hasta que se sienten seguras. Por esta razón, un componente central del tratamiento RAD es brindar un ambiente seguro y saludable.
Para los niños, esto puede significar abordar el comportamiento de los miembros de la familia, capacitación para padres o asesoramiento familiar. Si es poco probable que el entorno del hogar se vuelva seguro, pueden quedarse con otro cuidador.
Para los adultos, establecer un entorno saludable puede implicar poner fin a relaciones dañinas, encontrar un lugar seguro para vivir o tener una buena red de apoyo de amigos o familiares.
cuidado compasivo
Si la persona con RAD es un niño o adolescente, sus cuidadores actuales deben tratarlo con compasión mientras se somete al tratamiento.
Los niños con RAD no actúan a propósito. En cambio, el comportamiento proviene de una angustia emocional intensa, temores de abandono y dificultad para sentirse seguro en las relaciones. Castigarlos por su comportamiento no ayudará.
En cambio, los cuidadores pueden aprender técnicas positivas o no punitivas para manejar el comportamiento difícil. Esto ayuda a reducir la interrupción sin castigar al niño.
Los cuidadores también pueden beneficiarse al aprender otras técnicas,
- cómo identificar los factores desencadenantes, que son eventos que provocan emociones intensas o abrumadoras
- cómo evitar los desencadenantes o cómo calmar al niño cuando ocurren
- cómo entender y responder a la comunicación no verbal
Del mismo modo, para los adultos con RAD, sus amigos, familiares o compañeros de trabajo pueden ser de apoyo aprendiendo sobre el trastorno y su impacto. Pueden ofrecer apoyo emocional o, si la persona se siente más cómoda, ayuda práctica. Por ejemplo, podrían acompañar a la persona a las citas.
Terapia
La terapia, específicamente la terapia informada sobre el trauma, es el siguiente paso en el tratamiento de RAD.
No existe un enfoque estandarizado para la terapia de RAD, y los investigadores aún están aprendiendo qué funciona mejor. Una persona puede beneficiarse de la terapia de trauma para abordar el impacto de los recuerdos traumáticos. La terapia de apego también es una opción. Esto tiene como objetivo específico ayudar a las personas con la seguridad del apego.
Algunos pueden encontrar útil probar diferentes enfoques o combinar más de uno. Sin embargo, es importante tener en cuenta que algunas intervenciones que alguna vez fueron populares para RAD son muy dañinas y no funcionan. De hecho, pueden intensificar los síntomas o tener consecuencias graves. Éstos incluyen:
- Restricción física o coerción, como «sujeción terapéutica»
- intentar «reelaborar» el trauma a través de la «terapia de renacimiento» o enfoques similares
- terapia de regresión para promover la «reconexión»
Obtener un diagnóstico
RAD es un diagnóstico clínico. Esto significa que los médicos diagnostican la afección según los síntomas en lugar de las pruebas físicas.
Debido a esto, puede ser difícil diagnosticar la RAD, ya que los síntomas pueden ser similares a los de otras afecciones. Por ejemplo, las personas autistas pueden tener dificultades en situaciones sociales y las que tienen un trastorno de conducta exhiben comportamientos desregulados.
Además, las prácticas de crianza varían según la cultura. Por ejemplo, en Hawái, partes de África e India, los niños a menudo se refieren a personas ajenas a su familia con términos familiares, como «tía». Para un extraño, esto puede parecer que el niño está siendo demasiado familiar cuando en realidad es típico.
Por estas razones, los niños solo pueden recibir un diagnóstico de RAD si tienen un historial conocido de trauma o negligencia, y otra condición no explica mejor los síntomas.
Criterios de diagnóstico
la
- ser retraídos y muy inhibidos, y tener problemas para encontrar consuelo cuando están angustiados
- tiene un historial de abuso, negligencia, maltrato o privación
- tener al menos dos de los siguientes síntomas:
- estado de ánimo negativo
- irritabilidad inexplicable
- tristeza
- miedo que es desproporcionado al nivel de estrés
- tener al menos 9 meses de edad, con síntomas que aparecen antes de los 5 años
- no calificar para un diagnóstico de autismo
Parte de este proceso implica que un niño o un adulto le informe al médico sobre el historial del trauma. Esto puede ser difícil. En algunos casos, puede haber abuso del que los cuidadores del niño no sepan, como por parte de un abuelo o padre adoptivo.
Descubrir si ha habido abuso puede ser difícil y, en algunos casos, puede que no sea posible. Si una persona tiene los síntomas de RAD, pero la causa no está clara, no debe intentar diagnosticarse a sí misma.
Solo un profesional médico puede diagnosticar la RAD, y el autodiagnóstico puede significar que una persona no recibe la atención que necesita si es incorrecta.
Encontrar un terapeuta
Si es posible, hable con un profesional de la salud con experiencia en trastornos del apego o que trabaje con niños que han sufrido traumas para obtener ayuda y asesoramiento de expertos.
Es importante encontrar un profesional de la salud mental que comprenda específicamente la RAD y la teoría del apego. Un terapeuta con una formación más generalizada puede no tener el conjunto de habilidades adecuado para tratarlo.
Trate de pedir una referencia o recomendación de:
- agencias o autoridades de cuidado infantil
- un medico o pediatra
- otros terapeutas
Construir una relación positiva con un terapeuta es una parte importante de la psicoterapia. Sin embargo, dado que el apego es difícil para las personas con RAD, este puede ser un proceso difícil. Una persona con RAD puede sentir que no se lleva bien con su terapeuta.
Un indicador de que el terapeuta encaja bien a pesar de esto es el progreso que hace la persona durante el curso del tratamiento. Si no progresan con el tiempo, pueden beneficiarse de cambiar a otro.
¿Qué causa el trastorno reactivo del apego?
El tratamiento para RAD puede involucrar la exploración de las causas fundamentales y las experiencias que llevaron a las interrupciones en el apego. Dado que RAD tiene fuertes vínculos con la negligencia y el abuso, este puede ser un proceso difícil.
A veces, la negligencia ocurre cuando los cuidadores no están disponibles para cuidar al niño o cuando las presiones severas les impiden hacerlo. Estas presiones incluyen:
- pobreza
- Dificultad para acceder al cuidado de niños
- mal uso de sustancia
- condiciones de salud mental
- encarcelamiento
Las instituciones, los hogares de crianza y los hogares grupales también pueden ser problemáticos. En instalaciones abarrotadas, no siempre es posible que los niños reciban el cuidado y la atención que necesitan.
Puede ser una práctica común en algunos orfanatos dejar a los bebés en cunas y no cargarlos mucho. El aislamiento y la falta de contacto con cuidadores cariñosos pueden aumentar el riesgo de RAD.
Un estudio de 2019 encontró una tasa más baja de RAD entre los niños que viven con sus familias en un entorno comunitario que los niños que viven en hogares de guarda o entornos clínicos, como un hospital psiquiátrico.
Algunos otros ejemplos de situaciones en las que se puede desarrollar RAD incluyen:
- Inestabilidad: Los niños pueden tener apego a un cuidador pero luego experimentan una interrupción en la relación. Por ejemplo, las autoridades pueden mover a un niño a través de varios hogares de acogida durante la infancia, evitando que formen vínculos profundos.
- Separación Forzada: El servicio militar obligatorio, el encarcelamiento y otros eventos pueden separar por la fuerza a los cuidadores de los niños. El gobierno de los Estados Unidos que separa a padres e hijos que intentan ingresar al país es un ejemplo.
- duelo La muerte de uno de los padres o del cuidador principal puede aumentar el riesgo de RAD si no hay otro cuidador amoroso que pueda criar al niño.
Cuándo buscar ayuda
Las personas preocupadas por su salud mental o el bienestar de un niño pueden buscar ayuda en cualquier momento.
Para un niño o adolescente que pueda tener RAD, hable con un psicólogo infantil u otro profesional de la salud mental para obtener una evaluación. Es especialmente importante hacer esto si la persona:
- tiene antecedentes de trauma o abuso y actualmente no recibe apoyo
- le resulta difícil entablar relaciones con los demás
- Experimenta una angustia severa que es desproporcionada con respecto a la situación en la que se encuentra.
- se involucra en un comportamiento antisocial o de alto riesgo, como el abuso de sustancias o el crimen
Los adultos que creen que pueden tener RAD también pueden hablar con un terapeuta. La terapia familiar o el asesoramiento de parejas también pueden ser útiles, ya que pueden ayudar a las personas que aman a la persona a comprender sus desafíos de apego.
prevención del suicidio
Si conoce a alguien en riesgo inmediato de autolesionarse, suicidarse o lastimar a otra persona:
- Haz la pregunta difícil: «¿Estás pensando en suicidarte?»
- Escuche a la persona sin juzgar.
- Llame al 911 o al número de emergencia local, o envíe un mensaje de texto con la palabra TALK al 741741 para comunicarse con un consejero de crisis capacitado.
- Quédese con la persona hasta que llegue la ayuda profesional.
- Trate de quitar armas, medicamentos u otros objetos potencialmente dañinos.
Si usted o alguien que conoce tiene pensamientos suicidas, una línea directa de prevención puede ayudar. La Línea Nacional de Prevención del Suicidio está disponible las 24 horas del día en el 800-273-8255. Durante una crisis, las personas con problemas de audición pueden utilizar su servicio de retransmisión preferido o marcar el 711 y luego el 800-273-8255.
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Resumen
El trastorno de apego reactivo (RAD, por sus siglas en inglés) ocurre cuando un niño experimenta malos tratos severos o interrupciones en su apego a un cuidador principal. Si bien los efectos tienden a ser más evidentes en la niñez, pueden tener consecuencias para el resto de la vida de una persona.
Es imposible cambiar las circunstancias que llevaron a RAD, y es una condición muy seria con numerosas ramificaciones a largo plazo. Un entorno amoroso por sí solo no puede curarlo. Sin embargo, con apoyo compasivo, un entorno seguro y psicoterapia, una persona puede desarrollar un estilo de apego más saludable.
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