Envejecer bien y de forma saludable se ha convertido en una de las mayores preocupaciones de la población mundial.
La medicina en constante avance produce un aumento en la esperanza de vida, por lo cual cada vez hay una mayor población de adultos mayores, que necesitan la ayuda de otra persona en su vida diaria porque ya no son capaces de realizar determinadas tareas por sí mismas, en este contexto es cuando aparece el rol del cuidador y de los centros de día.
El cuidado de ancianos no es tarea fácil, por eso, antes de contratar a un profesional o un centro de dia, es importante conocer ciertos detalles.
¿Cuáles son las tareas de un cuidador mayor?

El cuidador suele ser la persona que más tiempo pasa con las personas mayores, participando íntimamente en su vida diaria, por lo tanto, se deben acordar previamente las funciones del profesional, así como el horario de trabajo.
En caso de que el adulto mayor concurra a un centro de día, es importante revisar las actividades propuestas para saber si son del interés del adulto mayor, además los días y horarios en los asistirá al centro.
En general, los cuidadores son los encargados de controlar y administrar la medicación necesaria a las personas mayores, la alimentación, promover su higiene diaria con baños y también asistir en la realización de sus necesidades fisiológicas, ayudando con la movilidad, entre otros cuidados.
También es importante que el cuidador sea capaz de brindar algunos servicios de enfermería básicos, como tomar la temperatura o la presión arterial, pero cuidado, el cuidador no es un profesional de la salud, por lo tanto, sus funciones no sustituyen a la atención médica.
No todas las personas mayores necesitan los mismos cuidados, y también es tarea del cuidador reconocer las necesidades individuales.
Puntos a considerar…
Además de las funciones primarias, es importante que el profesional a cargo del adulto mayor esté atento a promover el bienestar, por ejemplo:
- Ayudar a que el anciano mantenga una orientación tiempo espacio de la mejor forma posible, es decir, informando de dónde se encuentra, así como la fecha y hora del día (mañana, tarde o noche). Si es posible, se debe tener un calendario y un reloj al alcance de la mano.
- Fomentar actividades que enriquezcan el ocio y le den placer como por ejemplo leer, practicar algún deporte, ver programas de interés.
- Prestar atención a la prevención de escaras (úlceras por presión). En el caso de ancianos postrados en cama, es necesario cambiar de posición con frecuencia.
- Comunicar a la familia cualquier observación relevante en la rutina del anciano.
- Saber escuchar al anciano, con calma y paciencia, sin interrupciones, brindar apoyo psicológico y emocional.
El cuidador de ancianos debe tener siempre una actitud positiva, siendo afectuoso y sobre todo respetuoso con el anciano, en muchos casos, el profesional termina convirtiéndose en un amigo, una persona en la que la persona mayor puede confiar, lo que también le ayudará a recuperar su autoestima. En definitiva, en la mayoría de los casos, el cuidador logra crear una relación de amor y afecto.
¿Cuáles son las principales habilidades de un cuidador competente?

Para ser considerado un cuidador profesional de personas mayores es necesario realizar una formación específica, impartida en instituciones oficialmente reconocidas. Pero, antes que nada, cualquier persona que esté pensando en convertirse en cuidador debe identificar si su perfil personal es adecuado para las tareas que realizará, es decir, además de la especialización, quienes deseen dedicarse a dicha profesión deben presentar ciertas habilidades y cualidades como:
Motivación y paciencia: Una condición fundamental es la empatía por las personas mayores. El principal requisito es disfrutar el rol de ayudar, cuidando al paciente con cariño y atención. Saber escuchar, percibir y suplir necesidades emocionales. La tolerancia y la comprensión son cualidades obligatorias del cuidador y difícilmente se pueden adquirir en una capacitación.
Moral y ética: Son atributos muy necesarios para construir relaciones de confianza. La ética en este tipo de cuidados es fundamental, ya que el profesional participa activamente en la rutina del anciano y sus familias. Por tanto, le corresponde al cuidador respetar la intimidad, la organización y también las creencias de la familia, evitando conflictos.
Control emocional: El cuidador también necesita tener dominio y equilibrio emocional, ser capaz de comprender los momentos difíciles vividos por los ancianos, la lenta adaptación a los cambios que sufren, además de tener un alto grado de tolerancia en momentos de frustración personal que pueden implicar agresiones, mantener la calma en situaciones difíciles.
Ante cualquier duda no dude en consultar con su médico o en un centro de día de confianza.
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