No podemos ver la luz ultravioleta, pero al menos ahora sabemos que está ahí, y sabemos que debemos protegernos de ella. Hasta la década de 1930, las gafas de sol no estaban disponibles.
Proteger nuestros ojos del sol significaba llevar un sombrero de ala ancha. Hoy en día, sabemos que la radiación ultravioleta (UV) puede causar daños graves en los ojos, incluyendo cataratas, cáncer, ceguera por la nieve y, más comúnmente, fotoqueratitis, que equivale a una quemadura de sol en los ojos.
La radiación UV del sol puede llegar a nuestros ojos de muchas maneras: rebotando en el agua, las nubes, la nieve y las ventanas de los edificios y los automóviles que pasan. Y no toda la luz del sol afecta a nuestros ojos de la misma manera. El 95% de toda la radiación UV que llega a la superficie de la Tierra son rayos UVA; el otro 5% es radiación UVB. Las capas externas de nuestros ojos actúan como gafas de sol naturales, protegiendo a nuestras retinas de la mayor parte de la radiación UV: La UVB es totalmente absorbida por la córnea del ojo, y la UVA pasa a través de la córnea pero es filtrada por el cristalino del ojo. Sólo el 1% o menos de la radiación UV llega realmente a la retina.
Aunque la radiación UVB es el tipo de radiación asociada con el daño ocular, los rayos UVA también pueden desempeñar un papel (por ejemplo, en la formación de cataratas). En general, se requiere protección contra los rayos UVA o UVB, ya que ninguno de ellos ha demostrado ser bueno para nuestros ojos.
No siempre es posible mantenerse alejado del sol durante las horas de mayor radiación UV de 11 am a 4 pm. Y el uso de un sombrero proporciona una protección mínima, al igual que los anteojos normales. Para bloquear mejor los dañinos rayos UV, sus ojos necesitan más protección.
Cuando compre gafas de sol, considere estas 4 cosas:
- Los números importan. Cuando compre gafas de sol, busque etiquetas que digan que los lentes bloquean del 99% al 100% de la radiación UV. Asegúrese de que bloquean los rayos UVA y UVB.
- Que sus gafas se ajusten a la forma de su cara. Las gafas de sol deben de impedir que se cuelen rayos de sol de forma directa a nuestros ojos, por ello los atletas tienen la idea correcta con gafas de sol envolventes.
- Los lentes importan. Los lentes polarizados desvían el resplandor pero no ofrecen protección UV. Los lentes hechos de vidrio real proporcionan poca protección. ¿Tu mejor opción en estos días? Lentes de plástico de policarbonato. Estas lentes más resistentes proporcionan una protección UV adecuada y son más resistentes que otras variedades. Las lentes fotocromáticas también son una buena opción porque bloquean el resplandor y la radiación UV mientras mantienen la agudeza visual.
- La funcionalidad es importante. Existen opciones para aquellos que tienen dificultades para usar gafas de sol. Si usa anteojos, pruebe con anteojos de sol recetados, tintes para sus anteojos o lentes con clip con protección UV. Los nuevos lentes de contacto están disponibles con protección mejorada, pero se deben usar gafas de sol.
Y ahora otros consejos extra que pudieras desconocer:
- Edad. Los ojos de los niños necesitan más protección solar que los de los adultos. Pero si echa un vistazo a su alrededor la próxima vez que vaya a la piscina, a la playa o al patio de recreo, notará que hay muchos adultos que usan gafas de sol, pero muy pocos niños con algún tipo de protección para los ojos. Debido a sus córneas y lentes más claras, los ojos de los niños dejan pasar más luz ultravioleta que los ojos más desarrollados de los adultos y, por lo tanto, corren un riesgo aún mayor de sufrir daños por el sol. Muchos fabricantes de gafas de sol ofrecen estilos para niños. Deje que sus hijos elijan las molduras divertidas que deseen, pero asegúrese de elegir unas gafas con una protección UV del 99% al 100%.
- Temporada. Nuestros ojos necesitan protección solar durante todo el año, así que no espere hasta el verano para comprar gafas de sol. Durante el otoño y el invierno, usted puede ver el sol con menos frecuencia, pero eso no significa que sus efectos no sean sentidos por nuestros ojos.
- Espuma de mar, arena de playa y nieve: todos ellos reflejan en nuestros ojos la dañina luz ultravioleta. De hecho, la nieve invernal refleja mucha más luz UV que la arena seca.
- Color de la lente. En la mayoría de los casos, el color de los lentes de las gafas de sol no debería marcar una diferencia en la protección. Los parasoles con lentes súper oscuros pueden funcionar para las celebridades que quieren ir de incógnito, pero los lentes oscuros no proporcionan seguridad adicional contra el sol. Las gafas de sol con lentes «bloqueadoras azules» de color ámbar pueden bloquear la luz azul visible (que puede dañar las retinas), pero no proporcionan una defensa adecuada contra la radiación UV.
- Coste. Gastar más no necesariamente le proporcionará una protección superior. Mucha gente desembolsa un montón de dinero para comprar sombras de diseño, mientras que otros lo hacen buscando unas gafas de sol buenas y baratas. En su lugar, sólo busque etiquetas que digan que los lentes bloquean entre el 99% y el 100% de los rayos UV.