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Asma y espondilitis anquilosante: ¿Cuál es la conexión?

La investigación es limitada, pero puede haber una conexión entre el asma y la espondilitis anquilosante (EA). Comprender cada condición podría conducir a un mejor manejo de los síntomas.

AS es una forma de artritis inflamatoria que afecta varias áreas del cuerpo, incluidos los pulmones.

El asma es una condición crónica que afecta las vías respiratorias en los pulmones. Causa inflamación en las vías respiratorias que pueden hacer que se estrechen. Cuando esto ocurre, una persona puede experimentar dificultad para respirar.

Las personas que viven con AS pueden tener un mayor riesgo de desarrollar asma. Además, AS puede afectar negativamente a los pulmones, causando problemas respiratorios.

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Conexión entre el asma y la EA

Los expertos en salud no entienden completamente la relación entre el asma y la EA. También hay poca investigación sobre las posibles conexiones entre las dos condiciones.

Los autores de un estudio de 2015 se propusieron determinar si AS puede aumentar la probabilidad de asma. Para este propósito, utilizaron una base de datos integral de Taiwán.

Descubrieron que las personas que viven con AS tienen un mayor riesgo de tener asma. También señalan que dentro del grupo de estudio, las personas que vivían con AS tenían un aumento de 1,74 veces en el riesgo de asma, en comparación con el grupo de control.

Según sus hallazgos, los siguientes grupos eran más propensos a desarrollar asma:

  • hembras
  • personas de 50 a 64 años
  • individuos sin comorbilidades

Los autores de un estudio de 2016 asocian tanto el asma como la EA con las células Th2 y Th17, que forman parte del sistema inmunitario.

Descubrieron que las personas que vivían con AS tenían un riesgo 1,31 mayor de desarrollar asma dentro de los 10 años posteriores a recibir un diagnóstico de AS.

AS y los pulmones

Además de conducir potencialmente al desarrollo de asma, AS puede afectar los pulmones y la respiración de una persona en general.

AS puede causar opresión debido a la disminución de la movilidad y expansión en el pecho. La opresión puede hacer que sea más difícil respirar profundamente.

En algunos casos, la inflamación que los expertos asocian con la EA también puede afectar a los propios pulmones. La inflamación puede causar daño a los pulmones, lo que puede llevar a fibrosis pulmonar. La fibrosis pulmonar puede dificultar la respiración y empeora lentamente con el tiempo.

Cómo puede afectar el asma a la EA

Actualmente, no hay investigaciones disponibles sobre la conexión entre el asma y el desarrollo de AS. Sin embargo, alguna evidencia sugiere que una persona que vive con asma puede tener un mayor riesgo de artritis reumatoide (AR), otra condición reumática.

en un Revisión de estudios de 2017, los investigadores observaron cómo el asma afecta la probabilidad de que una persona desarrolle AR. Descubrieron que vivir con asma aumenta el riesgo de enfermedad reumatoide, posiblemente debido a la inflamación subyacente en el asma.

Se necesita investigación adicional para explorar completamente la conexión entre el asma y las afecciones reumatoides, como la AR y la EA.

Consejos para controlar el asma y la EA

Manejar el asma y la EA al mismo tiempo puede ser un desafío.

En parte, esto puede deberse a que el asma dificulta la respiración durante el ejercicio. El ejercicio es una recomendación común para ayudar a aliviar los síntomas de la EA, como el dolor y la rigidez.

El control eficaz del asma puede permitir que una persona continúe con el ejercicio como técnica de control de la EA.

El tratamiento para el asma a menudo implica una combinación de atención a largo plazo y atención aguda cuando ocurre un ataque. Algunos tratamientos comunes para el asma incluir:

  • inhaladores de acción corta
  • biológicos
  • vacunas contra la alergia
  • broncodilatadores inhalados de acción prolongada
  • modificadores de leucotrienos
  • corticosteroides, ya sea inhalados u orales

El tratamiento para AS puede implicar el uso de medicamentos, fisioterapia o cirugía, además de algunos cambios en el estilo de vida. El tratamiento de primera línea son los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, que pueden ayudar tanto con la inflamación como con el dolor.

En casos más activos, un médico puede recomendar productos biológicos para el control de los síntomas de la EA y para ayudar a prevenir la progresión y el daño de la enfermedad. También podrían recomendar una cirugía para ayudar a restaurar la movilidad y la función articular.

Una persona debe informar a un médico si vive con ambas condiciones para que el médico pueda ayudar a adaptar un plan de tratamiento para abordar mejor ambas condiciones.

Para ayudar con el asma y la EA, una persona también puede considerar tomar medidas como:

  • anotar y registrar desencadenantes
  • tratando de usar técnicas de manejo del estrés
  • alcanzar o mantener un peso corporal moderado
  • participar en ejercicio regular
  • conseguir un sueño de calidad regularmente

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Un diagnóstico de asma o AS puede indicar un mayor riesgo de que se desarrolle la otra afección.

Las dos condiciones pueden compartir una conexión relacionada con la inflamación y el sistema inmunológico, sin embargo, se necesita más investigación para explorar el vínculo exacto.

Las personas pueden hacer ciertos cambios en el estilo de vida para ayudar a mejorar tanto el asma como la EA. Además de tomar medidas para tratar cada afección individualmente, también pueden intentar hacer ejercicio con regularidad, reducir el estrés y trabajar con un médico para controlar los síntomas.

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